Pedro Sánchez gana investidura, pero plan económico genera incertidumbre
Menores perspectivas de crecimiento y desconfianza en los inversionistas son algunos de los temores presentados por los expertos y la banca.
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No fue a la primera, pero sí lo logró a la segunda –al menos en este año-. Ayer, el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, fue elegido presidente del gobierno tras lograr el apoyo suficiente en el Congreso para ser investido, lo que pone fin a diez meses de gobierno en funciones.
Si bien Sánchez ya se había enfrentado a dos votos de investidura, en marzo de 2016 y julio de 2019, no había logrado el éxito hasta ahora. Eso sí, perdió en la primera instancia -realizada el domingo- donde necesitaba mayoría calificada, y ayer sólo dos votos de diferencia le entregaron la mayoría simple que necesitaba, de 167 escaños.
La votación representa una alianza histórica, ya que, al conseguir el respaldo, estará encargado de dirigir el primer mandato de coalición y que, además, junta al PSOE con Unidas Podemos (UP), partido ubicado más a la izquierda en el espectro político.
"Por sí sola, esta coalición inédita en la historia democrática de nuestro país constituye un esfuerzo por aunar voluntades", enfatizó Sánchez durante su discurso en la Cámara.
Antes de que el panorama estuviera claro, Sánchez y Pablo Iglesias –el líder de UP- ya habían presentado el programa de lo que denominaron como un "gobierno progresista", y éste no tardó en levantar reacciones e incertidumbre, sobre todo por las políticas económicas planteadas.
Derogar gran parte de la reforma laboral de 2012; prohibir por ley las amnistías fiscales; aplicar un alza del impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para los contribuyentes con ingresos sobre los 130 mil euros (US$ 145.361); insistir en el aumento del salario mínimo cercano a los 1.200 euros mensuales (US$ 1.341); generar un nuevo Pacto de Toledo –la comisión parlamentaria que busca proponer medidas que aseguren la sostenibilidad del sistema de pensiones español-, e imponer un límite al valor de los arriendos son los pilares que sostienen el plan de la coalición.
"Es cierto que el salario mínimo se va a elevar a niveles más decorosos, que se van a movilizar recursos en favor de las familias en riesgo de pobreza, que algunos españoles de los más acaudalados van a tener que contribuir un poquito más al bienestar pagando más impuestos", argumentó Sánchez, explicando que ésta última medida sólo afectará a uno de cada 200 contribuyentes del país.
Dijo, además, que habrá una reducción de la carga impositiva para las pequeñas y medianas empresas.
La próxima semana, la coalición entregará los nombres de quienes compondrán el gobierno, aunque ya se especula sobre algunos cargos.
Anticuerpos
Distintos expertos locales han dejado claro su diagnóstico sobre los planes del nuevo gobierno español, y lamentablemente, no traen buenas noticias para Sánchez.
A través de un análisis para el medio español Expansión, el académico de la Universidad Autónoma de Barcelona, Clemente Polo, dejó en claro la incertidumbre que el programa de la coalición instala. "Las líneas maestras del programa no invitan al optimismo. Dudo mucho que se convierta en 'un referente de la protección de los derechos sociales en Europa', como se afirma pretenciosamente en el primer párrafo, y considero, en cambio, altamente probable que frene el crecimiento y la creación de empleo, y refuerce la desconfianza de los inversionistas en la economía española", comentó Polo.
La banca ve el pronóstico igual de nublado que el académico.
Barclays estima que el nuevo gobierno podría obstaculizar las perspectivas de crecimiento para España en el mediano plazo: "La fragmentación del Parlamento debilita las perspectivas del gobierno de implementar las reformas necesarias para resolver los problemas estructurales que España enfrenta actualmente, como el alto desempleo o el gran déficit de seguridad social, y posiblemente generará nuevos problemas de competitividad o endeudamiento", dijo el banco en un informe.
A través de una nota de prensa, la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's (S&P) calificó a la coalición de "frágil", apuntando a que "se requiere un enfoque de política decidida (...) Las demoras podrían pesar sobre el desempeño económico en el corto a mediano y largo plazo". Además, prevé el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de España en torno a 1,7% para este año.
UBS, en tanto, puso énfasis en el desempeño del Ibex –el principal índice bursátil español-, pero con un tono un poco más optimista. El banco suizo aseguró que, a pesar de que el mercado tenga ciertos "temores", el plan de gobierno no contempla "cambios explícitos" a las regulaciones de la banca, materia energética y sectores de servicios públicos.
Eso sí, en un informe, la entidad destacó que el rendimiento relativo del indicador es "altamente dependiente" de las expectativas sobre el movimiento de las tasas de interés.
UBS tiene la misma estimación que S&P sobre el PIB para 2020, y además, espera que tenga un alza hasta 1,9% en 2021.
El Ibex empezó la jornada de ayer con un alza de 0,33% y cerró en 9.579,80 puntos, lo que representa una caída de 0,22%.
Transmisión gentileza Europa Press